17 de diciembre de 2010

Rapto

La noche está raptando mis sentidos lentamente. 

Primero el tacto, 
viejo compañero.

Luego el gusto,
el bueno y el malo. 

El olfato,
siempre tan atento, 
se ha disipado sin dejar huella. 

He aprendido a vivir sin escuchar. 

Sólo me queda la vista...
hasta que algún desalmado apague la luz.

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