17 de diciembre de 2010

Caminos

Tropiezo, titubeo, miro a mi alrededor y doy otro paso.
Al poco me detengo.
Arrastro demasiado peso.
Unos cuantos pasos más,y nuevas dudas me asaltan.
Me paro de nuevo. 
¿Elijo el camino recto y despejado o el otro, ése que está asfaltado de rocas y espinas?.
Cierro los ojos y decido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario