Mientras me preguntas inquisitorialmente, clavando tu mirada en mis ojos
apagados, busco escapatorias invisibles por los confines del cuarto.
Navego por
rincones, esquinas y grietas, recorro con la vista las paredes y el techo... hasta que el simple gancho de una percha (asomando tímidamente entre la ropa que hay junto a la maleta a medio hacer), me da, con su gesto interrogante y vacuo, la clave que buscaba para responderte.
7 de septiembre de 2012
Carta de ajuste
Frente a frente, al fin, con la soledad, pudo dedicar unos minutos a
engañar a la rutina y, como quien abraza a los viejos amigos, acarició
largamente anhelos que habían permanecido dormidos.
Y una vez cortados los gruesos hilos que le unían a la realidad, se permitió el lujo de soñar.
Y una vez cortados los gruesos hilos que le unían a la realidad, se permitió el lujo de soñar.
4 de septiembre de 2012
Septiembres
Acurrucado, frente al mar revuelto, pudo al fin reunir un manojo de
fuerzas deshilachadas y recapitular.
A cada envite de las olas, deshacía un nuevo nudo, a cada golpe de viento, desleía una vieja duda.
Aún así, cuando el sol asomó entre la espuma, todavía no había descubierto el porqué de su última decisión, aquella que le había dejado varado en la orilla.
A cada envite de las olas, deshacía un nuevo nudo, a cada golpe de viento, desleía una vieja duda.
Aún así, cuando el sol asomó entre la espuma, todavía no había descubierto el porqué de su última decisión, aquella que le había dejado varado en la orilla.
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