15 de noviembre de 2012

15-N

Ya han cesado los gritos.

Las banderas pisadas trufan el asfalto, a merced de las patrullas de limpieza, que se afanan en borrar cualquier vestigio, por ajado que esté, de nuestro paso.

Hoy ya no es ayer, y ayer no fue como otros ayeres, pero sentado en el banco de siempre, tras hojear un periódico gratuito, observo las calles y los árboles, más impregnados de otoño que nunca, y siento un  ardor casi olvidado cruzándome el pecho, un ardor que me invita a alzar la frente.