24 de junio de 2011

El mejor ataque...

Lejos de batirse en retirada, cavó una zanja de cordura en previsión de una nueva oleada de ataques furibundos. En otras ocasiones había bastado con disimular. Pero esta vez no le apetecía acabar abrazando sombras. Esta vez no quería dormirse al abrigo de un nuevo delirio.

Tangencias

Sus ojos inquisitivos imantan mi atención, me sustraen de la realidad y troquelan mi voluntad.

Su mirada, tan telúrica como diáfana, se amarra a la mía, la desguaza y la reconstruye, la congela y la hace hervir.

Mañana no recordará mi nombre.

Pero hoy me ha atado, irremediablemente, a la vida.

22 de junio de 2011

Promoción

Podría haber sido, cuanto menos,una obra aceptable. Los precedentes así lo vaticinaban. Sólo habrían hecho falta algunos pequeños ajustes. Pero, una vez más, la dejadez, la desidia y las prisas, tomaron el mando de la situación. El resultado, próximamente,en los lugares habituales.

Puertas

Su fobia por las puertas cerradas fue creciendo con los años.

Lo que empezó como una anécdota acabó marcando su vida.

No se limitaba a abrir las puertas que separan una habitación de otra o el exterior del interior, no.

Su obsesión iba más allá: también dejaba abiertas todas las demás

21 de junio de 2011

Fortuna

Abrasado por destinos ficticios (pero,a la postre,asumidos como verdades irrefutables), asolado por las cada vez más difusas certezas y cargado de brumas, se enroca en las mismas heridas de siempre.

Eligió la ilusión de sentirse libre sin tener en cuenta el azar.

Y vendió su suerte.

Improvisación

No volvieron sobre sus pasos. Al contrario, optaron por desafiar a la noche sin luna, y adentrarse en aquella maraña de ramas resecas, saltando sobre el lodo y las hojas caídas. Cuando aparecieron los primeros espectros, ellos ya habían saldado su deuda con el miedo.

Sendero

Los pasos pesan cada vez más.

El temblor crece mientras se presiente que la salida queda aún demasiado lejos.

Sopla un extraño viento de origen desconocido.

Sonidos confusos, sabores diluídos y olores fugaces se mezclan en la coctelera del tiempo perdido.

Y, mientras tanto, las aceras siguen ardiendo.

Roto

En el mismo instante en que la Luna empezaba a acariciar el cristal y el rumor del mar callaba repentina y misteriosamente, nos recorrimos con la mirada y firmamos un pacto de silencio que no romperíamos hasta que, embriagada de noche, susurraste aquella maldita última palabra.

En construcción

Intento adecuar mis pasos a los pasos que el tiempo me marca.

Aprendo, a duras penas, a preveer las cruces y las caras.

Trato de reescribir la historia, tapando los huecos de realidades agujereadas con argamasas inventadas sobre la marcha.

Salgo, de puntillas, del último sueño, sin haber podido vadear los postreros coletazos del diluvio.

Reiniciando

Una vez inhibidos los perniciosos efectos secundarios asociados a la ausencia de sueños, el hombre sin sombra decidió salir de su húmedo cubil, con la leve esperanza de reencontrar aquella mirada que un día, no hace mucho, le silbó al oído una retahíla de deseos por cumplir.

Desafío

A pesar de lo que cabría esperar tras los últimos acontecimientos, el día nació levemente envuelto en una capa de buenos augurios.

A pesar de los que intentaron aguar la fiesta, y desafiando al pesimismo imperante, el día murió sin causar un nuevo descalabro.

Circulando

Amarrado a diatribas eternas en torno al cero y el todo absolutos (sin tener en cuenta los infinitesimales matices intermedios), manejo coordenadas difusas, asumo la existencia de universos paralelos y realidades tangentes, donde caben ambages, disfraces y prótesis, para, al final, sin poder evitarlo, regresar al principio...Y vuelta a empezar.

Victoria

El cuerpo cubierto de escamas del inmenso animal alado se retorcía espasmódicamente en el suelo, mientras exhalaba un último y desesperado aliento humeante.

El certero espadazo en el centro de su pecho había sido definitivo.

La humanidad había derrotado de nuevo a la oscuridad y al fuego, pero, a pesar de ello, el autor de tamaña hazaña no fue capaz de saldar la deuda con su tiempo y fue devorado por la historia.

19 + 1

Apura los últimos sorbos de un café insípido y frío, mientras mira distraído por la cristalera translúcida del bar.

En la calle, aún resuenan ecos de ideales que se aferran a la vida a pesar del empeño que la rutina y el humo ponen para diluirlos definitivamente.

En su pecho, apenas audible, late un corazón que ayer recuperó el ardor y hoy lucha por seguir hirviendo a contracorriente.