Hay un cúmulo de huecos.
Hay una sucesión de señales ciegas.
Hay un ir y venir de palabras mudas.
Hay un desierto enorme, que crece a cada instante.
Hay un ayer y tal vez haya un mañana.
Porque hay un leve calor,
que se resiste a ser masticado
por el eco machacón de los días vacíos.