2 de junio de 2015

¿Otra historia de amor?

Nacieron para encontrarse, sin siquiera saberlo.

Eran blanco y negro.
Eran tuerca y tornillo.
Eran llave y candado.
Poyete y ventana.
Ojos y mirada.
Olor y pituitaria.

Eran complementarios, pero tardaron en descubrirlo.

Eran madrugada y sueños.
Eran pasión y desvelo.
Eran mapamundi  y cartógrafo.
Barco y naúfrago.
Raíz y rama.
Cielo despejado y cúmulonimbo.

Llegaron para compartir tiempo y espacio.

Eran teléfono móvil y cobertura.
Eran armonía y clave de luna.
Eran saliva y sudor.
Hoja en blanco y tinta indeleble.
Marejada y calmachicha.
Hambre y menú del día.

El azar y la noche hicieron bien su trabajo.

18 de mayo de 2015

El vaho que emana de los sueños

Tocar el cielo con la yema de los dedos mientras apenas rozo tu pelo.

Volar por las cercanías del infinito mientras nos recorremos sin apenas vernos.

Aprender a construir un presente poliédrico mientras tus manos se acercan a mi cuerpo.

Mezclar y amasar la rutina imperfecta con la perfección que nace de la ilusión ciega, mientras me susurras al oído.

Jugar al juego de reconocernos en el espejo mientras nos movemos al son que nos marca la luna desde su aposento de fuego.

Hallar el equilibrio en la cuerda floja del deseo mientras miramos juntos a través de tus ojos, de los míos, de los tuyos, de los míos... danzando en un ciclo acompasado de mirares compartidos.

12 de mayo de 2015

Tiempo relativo

En el horizonte, un jirón de sueño va tomando forma, a medida que el calendario va deshojándose.

Allá, al fondo, se ve ya cómo asoma, poco a poco, un anhelo atesorado con mimo, un deseo compartido y lárgamente esperado, un pedazo de vida vestida con sus mejores galas, pintada con los colores trémulos de un atardecer.

Mientras acaba de llegar el momento preciso en que nuestras miradas se crucen  y nuestros cuerpos se busquen a tientas y se incendien indisimuladamente, finjimos cierta serenidad, disfrazamos la espera de rutina gris y miramos, de soslayo al terco reloj, que sigue empeñado en retener, egoísta, los minutos.

5 de mayo de 2015

Artesanía

Mueves y remueves las piezas del rompecabezas, imitando al azar, con parsimonia, sin prisa... como quien no espera a nadie.

Las descolocas, las vuelves a colocar. Por colores, por formas, por categorías recién inventadas. Echas una ojeada al aparente barullo y continuas acariciándolas con tus dedos, a tu ritmo... como quien solo se espera a sí mismo.

Llenas la mesa de recuerdos quebrados por el tiempo, los espantas a soplidos que resuenan como truenos imposibles, reconstruyes, a tu manera, una simulación aproximada de la realidad, tranquilo, constante... como quien ha olvidado lo que significa esperar.

De pronto, un atisbo de rayo de luna, asoma entre sombras, se aloja en tu mente en forma de serendipia bramante y te dicta al oído, a gritos, la solución del enigma infinito. Tus manos toman vida propia y, en un instante dibujan a tu alrededor el diseño perfecto, la obra definitiva, esa que andabas tanto tiempo buscando, ya sin apenas buscar.

Tic tac tic tac tic tac

Espero la señal...

No la busco en el cielo.Tampoco en el abismo.

Tal vez, esta vez, provenga de las sombras que dibuja tu cuerpo acunado por los primeros rayos de sol de la mañana, o de los pliegues caprichosos de tu piel al despertar.

Tal vez del vacío.

Espero la señal...

Sigo atento, sin perder ni un segundo en distracciones, mirando fijamente al infinito que se dibuja en tus ojos tristes y semidormidos, simulando paciencia y sosiego.

Dibujo en mi mente un mapa de tus gestos, araño el tiempo para fabricar un placebo dulce que me ayude a hacer más plácida la espera.

Espero la señal...

Sigo esperando...






24 de febrero de 2015

Duermevela

Cerrar los ojos y verte.

Sentir que tu aliento es, un dia más, parte de mi aliento.

Dejar que la magia posea, una noche más todos mis pliegues.

Abrir las puertas de mi cuerpo y dejarme arrastrar por este delirio tan sutil y tan dulce.

Desplegar las velas de mi consciencia semidormida y buscarte a tientas por la marea oscura del cuarto vacío.

Dejar que colonices hasta el último poro de mi piel y de mi alma, y que claves, triunfante, tu estandarte en el centro mismo de mi pecho.

Embriagarme con el ronroneo callado de tus palabras invisibles.

Navegar a ciegas por esta madrugada embaucadora y ya dulcemente ajena a las leyes del tiempo y del espacio.

Soñar.

Soñarte.

Soñarnos.

11 de febrero de 2015

Insomnios

Hay dias en que el futuro se asoma por una rendija minúscula de la rutina, y nos lanza una andanada de sabor incierto.

Hay noches en que la oscuridad se convierte en bruma helada y sombras poliédricas.

Hay madrugadas eternas que se diluyen en vueltas y revueltas de uno a otro extremo de la cama deshecha.

Hay minutos cruciales que se difuminan en la nada viscosa del presente valdío.

Hay segundos aparentemente vacíos que acaban por susurrarnos al oído cuadraturas de círculos viciosos y nos dan en la mano el hilo del que tirar para hallar, por fin, la salida del infranqueable laberinto del tiempo.

9 de febrero de 2015

Barrera transparente

A través del cristal, veo el horizonte zambulléndose en el mar, oigo el rumor antiguo de las olas, incluso creo oler a sal.

A través del cristal.

1440

Nos dejamos acariciar por el sol y la luna, nos embriagamos de olas y estrellas, dibujamos figuras mitológicas en la arena, nos aprendimos de memoria... incluso comenzamos a desaprendernos.

Todo ello con la pausa y la dedicación que permiten apenas mil quinientos minutos.

Discontinuidades

Recorro con la vista y los dedos el teclado, me esmero todo lo que puedo en la búsqueda, pero hoy no hay forma de encontrar los puntos suspensivos.

Quizás se han escondido en algún jardín ficticio (de esos que acostumbro a construir tan a menudo), o están agazapados tras una esquina inventada (de esas que asoman de cuando en cuando entre la bruma).

O tal vez, simplemente, se han hartado ya de esperarme y han huído sin previo aviso, dejándome a merced de los punto y aparte.

6 de febrero de 2015

Dos

Nos recorremos a ciegas, embriagados por el incierto sabor que dejan en los labios los sueños a medio construir.

Nos aprendemos de memoria, sin rozarnos apenas, creyendo en ese mágico poder de atracción que surge, como por azar, en mitad de la madrugada.

Me  reconozco en el reflejo velado que construyes en tus ojos, empapados aún de luna y delirio.

Te reconoces en las formas y las aristas del boceto que trazo en el aire, con los movimientos aparentemente anárquicos de mis manos.

Nos dejamos arrastrar por esa fuerza infinita que nace de un punto indeterminado justo en mitad del vacío.

Nos bebemos a grandes sorbos el aire preñado de secretos que nos regala, generosamente, esta noche eterna y extrañamente iluminada.

Y caemos, sin remedio, en las torpes trampas que tiende a nuestros pies la marea disfrazada de deseo.

Geografías

Me asomo, casi sin querer, a la estrecha rendija que separa la noche del día.

Recorro, con los ojos apenas abiertos, los recovecos de tu anatomía dormida y sucumbo al deseo de rozar el firmamento de tu piel con la punta de los dedos.

Y me anclo a tu aliento como quien se amarra a una tabla maltrecha en mitad de un oceano eterno.

Cuando el despertador me obliga a cruzar la frontera del sueño, aún percibo tu calor fundiendo los confines de mi cuerpo mientras abrazo tus formas en el vacío.