22 de julio de 2013

Resurrecciones

La madrugada fue generosa con el huésped eterno de las sombras, y le sorprendió con un regalo inesperado: un zurrón nuevo, que no tardaría en llenar con hermosos momentos, proyectos de bellos recuerdos, de esos que ni la tempestad más atroz es capaz de arrancar de la mente.

La noche trajo consigo tantos sueños construídos con mimo, tantos abrazos y tantos requiebros al destino, que el caminante sombrío no pudo más que esbozar su mejor sonrisa y poner todo su empeño en detener el tiempo, como solía hacer antes, para así amarrarse con fuerza al nuevo delirio.