21 de enero de 2013

Calma chicha

Nos aferramos a los pocos retazos de noche que quedan, como naúfragos sin isla, y mientras recorremos el desierto de nuestras pieles erizadas, nos miramos en silencio, espereando a que un grito callado y efímero nos indique el camino de ida hacia un nuevo delirio.