5 de abril de 2013

Barro en los zapatos

Caminando entre charcos, recorremos las calles semidesiertas, y entre esquina y esquina, nos miramos en silencio, nos escrutamos mutuamente, poseídos por el frío, desposeídos ya de toda esperanza de redención.

Casi sin quererlo, pasamos por el mismo callejón sin salida de siempre, un tanto difuminado ya por esa niebla informe que poco a poco va devorando a la ciudad y a nuestros sueños.

Nos damos un atracón de miradas, desoímos una vez más al terco destino y, tras bordear un último montón de basura, nos abrazamos, acompasamos nuestros pasos de nuevo y seguimos paseando como si nada hubiese cambiado, como si siguiéramos siendo los mismos de antes.

2 comentarios:

  1. Conecta este barro en los zapatos con el Ave Fénix de tu pasada entrada; una eterna reconstrucción parece ser nuestro destino: esa certeza es lo único que parece salvarnos de la desesperanza.

    Abrazos, Cronopio.

    ResponderEliminar