17 de diciembre de 2010

Zapatero remendón

Desde su desvencijado puesto de reparación de calzado improvisado en un viejo portal, presumía de conocer los secretos más íntimos de todos los vecinos del barrio, y no dudaba en airearlos (siempre que se le pagara un chatejo de vino) a hurtadillas, entre botines y betunes.

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