17 de diciembre de 2010

Añoranzas

Echo de menos tu voz,
tus requiebros, 
tus susurros, 
tus tonalidades.
Y también echo de menos tus aromas, 
tus sueños,
tus verdades 
y tus ausencias.

Y tu piel. 
Y tus manos. 
Y tu aliento.

Pero lo que más echo de menos son tus dudas ...
y aquella manera de decirme "te echo de menos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario