16 de diciembre de 2010

Consuelo

Las últimas palabras que pronunció desde el umbral se quedaron resonando por el salón, rítmicas, acompasadas...demoledoramente musicales.

Las cogí al vuelo, las hice mías, y así siempre llevo cerca un pedacito suyo para, en las largas noches de invierno, engañar un poco al olvido.

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