16 de diciembre de 2010

Ventanas cruzadas

Te observaba desde mi ventana, agazapado entre el sudor y las cortinas.
Era una noche de calor pegajoso y luna escondida.
Nuestros ojos se cruzaron un instante, y, a pesar de mis torpes disimulos, descubriste que aquélla no era la primera vez que te miraba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario