16 de diciembre de 2010

Prisas

Bajaba las escaleras apresuradamente cuando recordó que no había cerrado la puerta. Mientras buscaba las llaves dudó si había apagado la luz del pasillo. Entró de nuevo en el piso y cayó en la cuenta de que no había cortado el gas. Lo cortó y vino a su mente la cama deshecha. Se dirigió al dormitorio y comprobó alborozado que la que dormía aún entre las sábanas revueltas seguía sin ser su mujer.

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