16 de diciembre de 2010

Madrugada

Presumían conocerse, habían recorrido tantas veces sus cuerpos que creían que ya no quedaban secretos por descubrir.

Intensas conversaciones habían preñado de certezas días interminables.

Pero aquella madrugada nació con una duda infranqueable simulada entre sus pliegues.

Aquella madrugada murió ahogada en un bucle interminable y absurdo.

Aquella madrugada no sirvieron de nada las promesas por cumplir ni los sueños por vivir.

Aquella madrugada descubrieron que eran dos desconocidos.

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