22 de octubre de 2011

Vaso vacío

La televisión, única decoración de aquel bar, escupía su infinita salmodia. Sentado junto a la barra, un hombre de mirada turbia, gesto indescifrable y presente vendido a un postor cualquiera, jugaba con un vaso vacío y con la lejana posibilidad de tener, al fin, algo parecido a un buen día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario