3 de mayo de 2011

Diferencial

Los aromas y sabores frágiles y espumosos que escoltan al deseo aún no se habían convertido en éter inasible e insípido.

Las visiones que anteceden a las grandes ocasiones acudieron fieles a su cita con el delirio, como siempre.

Pero algo hizo que aquella vez no fuese como las demás veces.

Tal vez falló el acompañamiento musical.

Tal vez faltaron las consabidas palabras incendiarias desgranadas a media voz.

O, tal vez, simplemente falló el audífono.

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