Segundas partes jamás fueron tan buenas.
Se lo repetía una y otra vez.
Degustando el reeencuentro tantas veces aplazado, dejó que los tópicos le embriagaran, permitió que el siempre esquivo optimismo abriera una leve rendija, y calmó un poco la sed de tiempo acumulada durante la larga espera.
Un poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario