Un fallo de sistema hizo que el ordenador central mezclara y confundiera símbolos y códigos básicos. Donde debía leerse claramente desidia, indiferencia y hastío, el frío amasijo de chips escribió odio y desprecio.
Fue imposible hallar el origen del error y el equívoco mensaje siguió flotando en el éter desnudo hasta el fin de su existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario