14 de marzo de 2011

Nieva

Nieva y el cielo se abre en espasmos rosáceos.

Entre estas cuatro paredes crece la marejada y el techo presiona cada vez con más fuerza sobre nuestras cabezas.

Las aceras empiezan a blanquear.

Aquí, en cambio, nace una extraña niebla negra.

Quizá escapar sea una buena opción.

Quizá no.

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