11 de abril de 2012

End

El Universo conocido desaparece de repente.

No tengo tiempo, tan siquiera, de amarrarme a ese tablón casi podrido que flota a escasos centímetros de mi cuerpo.

Una noche eterna y húmeda sucede a la luminosidad explosiva y ardiente.

Si aún quedara algo a lo que mirar, no podría verlo, pues mis ojos han sido dolorosamente devorados por el fuego y las sombras.

Con sumo esfuerzo, y ya casi sin oxígeno, destilo estas pocas líneas para que atestigüen mi definitiva dilución en el espacio y en el tiempo.

Cuento en silencio: 3...2...1...

...0.


 

2 comentarios:

  1. Apocalíptico el escenario que describes, y aún así transmites un último destello de esperanza...

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  2. E intuyo que alberga la esperanza de continuar en otro estado, en otra dimensión, de alguna forma.
    Un saludo

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