17 de febrero de 2012

Detalles

No sin esfuerzo, buscó, extrajo y compartió su mejor sonrisa, esa que guardaba sólo para las ocasiones especiales.

Pero aquella vez pasó dolorosamente inadvertida: la espesura matizada de sol de invierno no dejó que disfrutáramos de la suavidad hipnótica de su rictus helado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario