10 de marzo de 2011

Ironías

Sí, tal vez fue una simple carcajada. Pero sonora y punzante. Desestabilizadora en su impetuosidad, fue una risa empapada de ecos de cambio. Se desbordó por las comisuras de tus labios e impregnó, en breves segundos, el pequeño espacio que nos separaba, con su repiqueteo inconstante y efímero. Fue una carcajada definitoria de una decisión que llevabas ya tiempo madurando. Ahora lo entiendo. Demasiado tarde quizás. Entonces creí simple e ingenuamente, que te había hecho reir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario