5 de enero de 2011

Pereza

Despertó en cuanto sintió aquella nueva brisa en su rostro.

Tenía la sensación de haber dormido durante siglos, pero, aún así, seguía muy cansado.

La última derrota le había dejado exhausto.

Aunque estaba convencido de que debía levantarse, los pies de plomo le pesaban demasiado

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