Despierta.
Mira.
Camina.
Vuelve a mirar.
No ve nada.
Sigue caminando.
Titubea.
Mira atrás.
Nada.
Un paso.
Nada.
Cierra los ojos.
Los abre.
A la derecha.
Nada.
A la izquierda.
Nada.
Un par de pasos más.
Un sonido familiar.
Falsa alarma.
Nada.
Sigue buscando.
Se para.
Se detiene y examina lo que parece un rastro.
Nada.
Desiste.
Antes de dormir, tacha otro día en el calendario.
Mañana, quizás otro.
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