Mis pesquisas me llevaron hasta ese antro desangelado.
El olor espeso a derrota casi me echa para atrás.
Un racimo de perdedores naufragaban entre el humo, el alcohol y las curvas de la camarera.
Allí tampoco estaba la respuesta que buscaba, esa noche tampoco iba a dar por zanjada la investigación, pero no pude evitar sentarme y pedir el primer whisky doble.
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