Nos recorremos a ciegas, embriagados por el incierto sabor que dejan en los labios los sueños a medio construir.
Nos aprendemos de memoria, sin rozarnos apenas, creyendo en ese mágico poder de atracción que surge, como por azar, en mitad de la madrugada.
Me reconozco en el reflejo velado que construyes en tus ojos, empapados aún de luna y delirio.
Te reconoces en las formas y las aristas del boceto que trazo en el aire, con los movimientos aparentemente anárquicos de mis manos.
Nos dejamos arrastrar por esa fuerza infinita que nace de un punto indeterminado justo en mitad del vacío.
Nos bebemos a grandes sorbos el aire preñado de secretos que nos regala, generosamente, esta noche eterna y extrañamente iluminada.
Y caemos, sin remedio, en las torpes trampas que tiende a nuestros pies la marea disfrazada de deseo.
6 de febrero de 2015
Geografías
Me asomo, casi sin querer, a la estrecha rendija que separa la noche del día.
Recorro, con los ojos apenas abiertos, los recovecos de tu anatomía dormida y sucumbo al deseo de rozar el firmamento de tu piel con la punta de los dedos.
Y me anclo a tu aliento como quien se amarra a una tabla maltrecha en mitad de un oceano eterno.
Cuando el despertador me obliga a cruzar la frontera del sueño, aún percibo tu calor fundiendo los confines de mi cuerpo mientras abrazo tus formas en el vacío.
Recorro, con los ojos apenas abiertos, los recovecos de tu anatomía dormida y sucumbo al deseo de rozar el firmamento de tu piel con la punta de los dedos.
Y me anclo a tu aliento como quien se amarra a una tabla maltrecha en mitad de un oceano eterno.
Cuando el despertador me obliga a cruzar la frontera del sueño, aún percibo tu calor fundiendo los confines de mi cuerpo mientras abrazo tus formas en el vacío.
5 de febrero de 2015
En resumidas cuentas...
Troquelas mi rutina.
Aliñas y desaliñas mis noches,
diseccionando miedos,
espantando miles de nubes con un solo soplido.
Deshaces la niebla con juegos de manos
preñados de esa magia que solo tú conoces y manejas.
Me traes.
Me llevas.
Me arrastras.
Me levantas.
Me mantienes vivo un dia más.
El tiempo
El viento arrastra los días, dejando el calendario vacío.
La lluvia diluye afanosamente los restos dispersos del pasado que la memoria conserva.
El frío crece desde las entrañas y congela las brechas de la consciencia.
El sol se asoma por una rendija y, aunque sigue aterido, intenta silbarnos al oído aquella vieja melodía.
La lluvia diluye afanosamente los restos dispersos del pasado que la memoria conserva.
El frío crece desde las entrañas y congela las brechas de la consciencia.
El sol se asoma por una rendija y, aunque sigue aterido, intenta silbarnos al oído aquella vieja melodía.
Invierno
Las amplias avenidas semidesiertas,
los angostos callejones
habitados por sombras cada vez más esquivas,
las aceras humedecidas,
los parques cerrados,
los escaparates disfrazados de tiempos mejores,
los semáforos regulando un tráfico imaginario,
el calor ficticio de los edificios,
la sucia escarcha sobre los coches aparcados,
el ruido quejumbroso de la ciudad herida...
...se empeñan en borrar, sin conseguirlo todavía,
los restos de magia
que atesora esta madrugada.
4 de febrero de 2015
Azares
Los semáforos parecían haber firmado un pacto secreto aquella noche.
Llegaste tarde.
Llegué tarde.
Pero nos reconocimos al instante.
Llegaste tarde.
Llegué tarde.
Pero nos reconocimos al instante.
Metro
Miras. Te miro.
Me miras. Esquivo tu mirada.
Llevaba mucho tiempo buscándote.
Tú no buscas ya nada, pero el azar ha hecho que tus ojos me encontraran.
Disimulamos.
Jugamos a enredar hilos invisibles sin querer enredarlos y sin querer que dejen de enredarse.
Trazamos mil arabescos en el aire viciado del vagón semivacío.
Entablamos una conversación callada, un combate dialéctico sin palabras.
Llega el final de tu trayecto.
Miro para otro lado... Nunca he soportado las despedidas.
Segundos después, tu dedo en mi espalda.
Me giro y, mientras parpadeo para espantar lo que creo una alucinación,
un delirio o un simple sueño a destiempo, susurras, sin siquiera abrir
los labios: "¿Me buscabas?. Siempre he estado aquí. Esperando a que
llegara nuestra última parada"
Zzzzzzzzzzz
El candidato y previsible ganador de las elecciones obedeció a
regañadientes a sus asesores, y dedicó el día anterior a los comicios a
reflexionar.
Comoquiera que no era muy dado a tamaños esfuerzos mentales, entró en un profundo trance que le mantuvo placenteramente dormido hasta bien entrada la legislatura.
Nadie se percató.
Comoquiera que no era muy dado a tamaños esfuerzos mentales, entró en un profundo trance que le mantuvo placenteramente dormido hasta bien entrada la legislatura.
Nadie se percató.
2 de febrero de 2015
Viceversa
Las nubes acarician el suelo con su aliento translúcido y helado.
Las gotas de lluvia se elevan, danzan al azar y dibujan un laberinto de estelas, antes de difuminarse en el infinito del cielo.
Un sinfín de rayos surca las aceras, esquivando los grises edificios y los coches varados.
Los pocos transeuntes que se atreven a retar al viento, corren cabezaabajo de uno a otro lado, esforzándose por no perder el equilibrio y por no ensuciar con sus manos el enorme lienzo efímero en que se está convirtiendo la calle...
... Estampas típicas de invierno a este lado del espejo trucado.
Las gotas de lluvia se elevan, danzan al azar y dibujan un laberinto de estelas, antes de difuminarse en el infinito del cielo.
Un sinfín de rayos surca las aceras, esquivando los grises edificios y los coches varados.
Los pocos transeuntes que se atreven a retar al viento, corren cabezaabajo de uno a otro lado, esforzándose por no perder el equilibrio y por no ensuciar con sus manos el enorme lienzo efímero en que se está convirtiendo la calle...
... Estampas típicas de invierno a este lado del espejo trucado.
Lid
Se puso las gafas de mirar hacia dentro y empuñó el lápiz con que en
otras ocasiones había logrado apresar los sueños entre finos e
irregulares trazos (sangre derramada de grafito afilado).
Vistiendo sus mejores galas, dibujando en su rostro una sonrisa congelada y con la vista fija en el folio blanco, el viejo relator de batallas perdidas, afrontó su cita con el destino como mejor supo, sentado, impertérrito, dominando el sudor frío, engañando al temblor, navegando entre brumas ficticias, tempestades de atrezzo y mareas inventadas.
Centenares de papeles se amontonan, en aparente desorden, sobre su escritorio, frente al cual, una vieja silla vacía es ya el único testigo que queda de su cruenta y eterna lucha contra la soledad.
Vistiendo sus mejores galas, dibujando en su rostro una sonrisa congelada y con la vista fija en el folio blanco, el viejo relator de batallas perdidas, afrontó su cita con el destino como mejor supo, sentado, impertérrito, dominando el sudor frío, engañando al temblor, navegando entre brumas ficticias, tempestades de atrezzo y mareas inventadas.
Centenares de papeles se amontonan, en aparente desorden, sobre su escritorio, frente al cual, una vieja silla vacía es ya el único testigo que queda de su cruenta y eterna lucha contra la soledad.
Una noche de estas...
Dar forma al delirio.
Adormecer a las dudas y a las trampas.
Amasar con saña el deseo.
Disuadir al miedo más fiero.
Morir y resucitar tras cada beso.
Maquillar la oscuridad con la luz que irradian nuestros cuerpos...
...Despertar sin salir del todo del sueño.
Anónimo
Juntaba letras poliédricas; mezclaba sueños, insomnios, quereres y
desquereres; amalgamaba pasos y traspieses... llenaba infinitos folios
con frases extraídas del pecho y párrafos inflamados y casi sanguíneos.
Ganaba minutos y metros al delirio y a sus sombras inventando universos de tinta y paraísos de papel.
Pero nunca nadie leyó ni una sola palabra salida de sus dedos.
Nunca mostró a nadie el fruto de su eterna y cruenta pelea contra el vacío.
Y hoy que es el vacío el que se esparce sobre lo que un día fue su territorio, su mundo, su casa... acarrea, mientras anda sin rumbo fijo, un petate repleto de cuartillas en blanco.
Ganaba minutos y metros al delirio y a sus sombras inventando universos de tinta y paraísos de papel.
Pero nunca nadie leyó ni una sola palabra salida de sus dedos.
Nunca mostró a nadie el fruto de su eterna y cruenta pelea contra el vacío.
Y hoy que es el vacío el que se esparce sobre lo que un día fue su territorio, su mundo, su casa... acarrea, mientras anda sin rumbo fijo, un petate repleto de cuartillas en blanco.
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