En el bolsillo, unas pocas monedas.
En el zurrón una muda, algunas esperanzas marchitas y todos esos versos derramados en papel mojado en noches eternas de soledad y hastío.
En las piernas, demasiados kilómetros acumulados.
En la frente un asomo de delirio.
En el pecho un temblor.
En el pasado, una equivocación, un portazo a destiempo y una despedida sin adiós.
Hoy, un camino encharcado y mil pasos por dar.
En el horizonte, un atardecer en algún rincón que aún no ha encontrado entre las nubes que desfilan a su alrededor.
En el zurrón una muda, algunas esperanzas marchitas y todos esos versos derramados en papel mojado en noches eternas de soledad y hastío.
En las piernas, demasiados kilómetros acumulados.
En la frente un asomo de delirio.
En el pecho un temblor.
En el pasado, una equivocación, un portazo a destiempo y una despedida sin adiós.
Hoy, un camino encharcado y mil pasos por dar.
En el horizonte, un atardecer en algún rincón que aún no ha encontrado entre las nubes que desfilan a su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario