26 de octubre de 2011

Fluídos

La savia destilada fluyó a través de una casi imperceptible hendidura y comenzó a impregnarlo todo con su dulceamarga e imperecedera caricia. Cuando el fino reguero besó el suelo, se selló un inquebrantable pacto secreto, que pasó desapercibido hasta para los ojos más expertos.

2 comentarios:

  1. De ese fluído imperceptible se alimentan las horas por donde transcurrimos: claroscuros, agridulces,
    tragicómicos jugos de la vida. Eres grande, Cronopio.

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  2. Bueno, grande, grande...se hace lo que se puede, jejeje. En este texto quería, como bien dices, retratar, a grandes rasgos, esas aparentes contradicciones que, al fin y al cabo, son la salsa de los días...Gracias, Isabel.

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