Amaneció. El cielo seguía algo nublado, pero amaneció.
Como en un cuento de hadas, el final de aquella historia adquirió tonos dulces, y a pesar de las tercas e inevitables nubes, tras mil tribulaciones, dudas y quebraderos, y tras derrotar al inefable ogro sediento de sangre y venganza, todos los personajes volvieron a sus quehaceres diarios, como si nada hubiese ocurrido realmente.
Sucedió en un país cercano.
No hace mucho tiempo.
¡Bravo, Cronopio!
ResponderEliminarTintes de realismo en un cuento de hadas al más puro estilo de los clásicos.
Un abrazo.
Cronopio, me gusta esa capacidad que tienes de juntar palabras, unir historias, crear sensaciones. Una detrás de otra, todas diferentes.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por leer y comentar, MJ y Xavier. Abrazos.
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