A menudo,
la vida esconde
entre pliegues y hendiduras,
requiebros audaces,
curvas cerradas
que no siempre se saben tomar
con la cautela justa y el pulso firme.
A veces,
entre las arrugas del destino,
se esconden señales inciertas
que no sabemos descifrar a tiempo,
y acabamos perdidos,
despertando de un sueño aturdidos,
mientras vagamos...
...por las planícies absurdas del olvido.
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