Te miro y adivino el infinito en el fondo de tus ojos tristes.
Me miras y dibujo titubeantes estelas en esta noche opaca que nos cubre.
Te miro y planeo a escape libre sobre el barro y las luces temblorosas de la ciudad dormida.
Me miras y descubro un paraíso efímero y volátil donde sólo debería haber vacío.
Te miro y apenas acierto a plasmar en el lienzo en blanco de mi mente unos pequeños esbozos desordenados.
Me miras y se deshace la leve urdimbre que teje mis días.
Te miro y sé que nunca sabrás mi nombre.
Me miras y caigo en picado... pero con esa extraña sonrisa amarrada a mis labios.
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