Como cada noche, se abraza al fiel duermevela poco a poco, sin hacer ruído, no vaya a espantar, con algún movimiento brusco, a ese sueño que ansía soñar desde hace ya demasiados meses.
Deja la puerta entreabierta, por si, por uno de esos misterios del azar, decide regresar precisamente esta noche.
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