24 de noviembre de 2011

Clavo ardiendo

Hay un cúmulo de huecos. 
Hay una sucesión de señales ciegas. 
Hay un ir y venir de palabras mudas. 
Hay un desierto enorme, que crece a cada instante.

Hay un ayer y tal vez haya un mañana.

Porque hay un leve calor,
que se resiste a ser masticado 
por el eco machacón de los días vacíos.

1 comentario:

  1. Agarrarse a un clavo ardiendo... y es que la esperanza es lo último que se pierde. Como esa ambigüedad que fabricas como último instancia ante lo inevitable. Es un excelente recurso para que los soñadores sigamos alimentando esa última ocasión.

    Saludos Cronopio.

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