Camino entre una multitud imbuída del espíritu de las compras de última hora.
Soy arrastrado por un caudal de gente al borde del colapso.
Lucho y braceo a contracorriente.
Cuento mentalmente los pasos que me restan para llegar a la esquina de siempre.
Siguen siendo demasiados, pero no me rindo.
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