Los senderos que bordean las lápidas siguen en calma.
Aún no han despertado los cazadores de sombras.
Aprovecho su pereza para adentrarme en la espesura, y saborear, agazapado, el silencio impregnado de luna.
Hoy tampoco acabarán con la bestia.
Pero dejaré que lo crean por un tiempo.
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