Aún a sabiendas de que allí tampoco iba a encontrar respuestas, no titubeó y cruzó el umbral.
El cambio de luz le aturdió un instante, trastabilló y casi cayó, pero atinó a guardar un cierto nivel de compostura. El suficiente para sentarse sin llamar la atención y esperar.
Esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario