Voló sobre los tejados.
Voló sobre los campos, aún verdes a pesar del otoño.
Voló sobre el mar (alternativamente furioso y en calma).
Voló hacia el Sol.
Voló hacia la Luna.
Voló entre cúmulos, cirros y estratos...pero lo que para muchos sería un delicioso sueño inalcanzable, para él no dejaba de ser una mera rutina más.
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